El treinta y uno de octubre fui con mis padres a algunos eventos en Petaluma en que se celebraba el día de los muertos. Allí aprendí mucho y me divertí.

El primer evento era una exhibición de altares y cerámicas hechas en el estilo tradicional de Mata Ortiz. Este estilo originó en el pueblo que se llama Juan Mata Ortiz en las llanuras del norte del estado de Chihuahua, México. Hoy en día esta forma de arte ha sido la ocupación predominante de ese pueblo. El estilo es caracterizado por su color negro, como carbón, y las escenas pintadas muy detalladas. Las que vimos eran muy bonitas y muy caras. Los altares también eran muy bonitos. Mi favorita contenía mucha comida: manzanas, naranjas, elote, calabazas, cactos, peras, cocos, chiles, tortillas, tamales, bebidas, y pan de muerto. Había papel picado, figurillas, fotos, flores, y velas,

también. Otra ofrenda llevaba algunas calaveras de azúcar y consistía solamente de figurillas, fotos, y velas. El segundo evento no era relacionado con el día de los muertos, pero era una experiencia cultural. Había un hombre y una mujer en la biblioteca de Petaluma tocando música tradicional de los Andes y escuchamos dos canciones bonitas. Estaban tocando un tambor, una guitarra pequeña y unas flautas andinas. La música era muy energética. Me sorprendí de que ellos tuvieran maletas llenas de flautas andinas. También tenían un arpa grande que se toca en el hombro, pero no pudimos escucharla.

Lo pasé muy bien con mis familiares en este evento cultural y capté mucho sobre este día festivo. Creo que otros estudiantes de nuestra clase fueron a este evento también porque la mujer detrás del mostrador allí dijo que otros estudiantes vinieron para el mismo propósito. El día de los muertos es un día importante para la cultura latina y fue una buena experiencia poder compartir y aprender sobre las cerámicas de Mata Ortiz y escuchar la música andina. Sugiero que todos vayan a la próxima exhibición el año entrante.